Tener una orden de deportación es una de las preocupaciones más grandes para la comunidad migrante en Estados Unidos.
Una orden de deportación es emitida por autoridades migratorias de Estados Unidos cuando se considera que una persona extranjera debe ser expulsada de su país.
Por lo general, una orden de este tipo se gira cuando el indiciado ha cometido crímenes o violado leyes del país.
Además de sacarlo del país, una orden de deportación castiga al inmigrante por un periodo de tiempo para evitar que regrese a Estados Unidos. La mayoría de las veces suele ser por varios años, aunque hay otros casos en los que el castigo es permanente.
Si tengo una orden de deportación y no salgo del país, ¿qué ocurre?
Ante una orden de deportación, aún existen alternativas para responder a la indicación de la autoridad. No obstante, es importante seguir con las normas, buscar ayuda legal e intentar hacer las cosas de la manera correcta.
Si no acudes a una de las audiencias ante un juez de migración, lo más probable es que se ordene una orden de deportación ausencia o “in absentia”.
Esto quiere decir que el gobierno de Estados Unidos considerará tu caso como finalizado y no tendrás la opción de amparo legalmente.
Si la falta ocurrió por motivos fuera de tu control, la ley permitirá una petición para reabrir el caso.
Es importante tener en cuenta que, si existe una orden de deportación, faltaste a alguna de tus audiencias y sigues en el país, la autoridad migratoria te buscará para cumplimentar dicha orden.
¿Cuáles son las consecuencias de la deportación por ausencia?
- Tendrás prohibido el acceso a Estados Unidos por 10 años.
- Si intentas volver de manera ilegal durante esos 10 años, podrías enfrentar cargos criminales.
- ¿Por qué puedes recibir una orden de deportación?
Hay varias razones para recibir una orden de deportación en Estados Unidos. Ya sea como inmigrante legal o ilegal y como residente permanente (que ha cometido faltas graves).
Estas son algunas causas por las que pueden presentar una orden contra ti:
- Ingreso ilegal a Estados Unidos.
- Cometer o haber cometido algún crimen o delito.
- Ser considerado como una amenaza para Estados Unidos.