El joven futbolista de Xolos está dando los pasos correctos en un camino lleno de baches
Por Pepe Penales. Los Ángeles
Morita tenía 15 años cuando debutó en el máximo circuito del futbol mexicano. Creado en la academia de los Xolos de Tijuana, su talento lo ayudó a dar el tremendo salto al profesionalismo. Un año después sigue dando de qué hablar por sus buenas actuaciones, tanto dentro como fuera del campo.
Si uno lo ve es todavía un niño: bajito y flaquito (mide 5’ 5” y pesa 128 libras), pero tiene una habilidad innata con el balón, además de inteligencia y visión. Curiosamente juega en la misma posición que lo hizo su padre –del mismo nombre–: volante por izquierda. Y lo más importante, tiene gol.
¿Qué lo hace diferente a otros que debutaron muy jóvenes? Tiene los pies sobre la tierra. Está bien aconsejado. Es mesurado al hablar y la fama no se le ha subido a la cabeza. Su caso es parecido al de otra precoz promesa llamada Martín Galván, delantero que en 2008 debutó a los 15 años con Cruz Azul. Pero a diferencia de Morita, Galván careció de un buen guía y tomó malas desiciones en cuanto a disciplina. Su carrera nunca despegó. El propio Galván aconseja a Mora que se aleje de las malas compañías que solo se acercan por interés.
El chico es una bocanada de aire fresco. La gente parece arroparlo con cariño, como un hijo bien portado. En octubre cumple los 17 y podría hacer historia al jugar tres mundiales para México: sub-17 en noviembre, sub-20 entre septiembre y octubre; y el de los mayores en 2026.
Su futuro es promisorio. Si sigue creciendo en futbol y en físico vendrán ofertas importantes. Real Madrid ya mostró interés… pero hay que esperar. Honor a quien honor merece, en este caso a su representante Rafaela Pimenta, quien lo puede llevar a pastos más verdes con su experiencia y sus contactos. La brasileña representa o ha representado a estrellas como Erling Haaland, Zlatan Ibrahimovic, Marco Verratti y Santi Giménez. Morita va por buen camino. Ojalá no se desvíe o tome atajos innecesarios.