Guadalajara sigue dando tumbos en una liga que cada vez se le complica más
Pepe Penales. Los Ángeles
Chivas vive de glorias pasadas, de aquel “Campeonísimo” que llegó a ganar 7 títulos de liga. Lo malo es que eso ocurrió entre 1956 y 1965. Ya llovió y granizó. Desde entonces ha sufrido para mantenerse en la pelea por ser un equipo protagonista. Uno de sus máximos picos fue cuando se coronó en el Clausura 2017 derrotando a los Tigres en la final de la mano de Matías Almeyda, pero esto se dio tras 11 años de sequía.
Hoy da tristeza ver la situación del equipo. Nada parece funcionar. Tras la salida del “Pelado” Almeyda han desfilado más de 10 técnicos: interinos, novatos, experimentados, nacionales y extranjeros. Han llegado y salido jugadores por racimos… y nada; es más, algunos que eran unos troncos en el plantel, se convierten en figuras en otros equipos.
Gabriel Milito llegó como la nueva apuesta para enderezar el barco, pero tampoco ha funcionado. El equipo es antepenúltimo, solo por encima de Puebla y Querétaro. ¿Por qué el equipo no levanta? Hay varios factores. Quizá el más importante es la falta de paciencia en los proyectos. A cualquier DT que empiece a acumular algunos malos resultados... lo echan y a empezar de nuevo. La directiva se deja presionar por los medios, los patrocinadores, la afición, etc., para accionar la guillotina.
Otro factor es la competencia que enfrenta cada temporada. A diferencia de hace unas décadas cuando los equipos solo tenían tres o cuatro extranjeros, hoy es al revés. Varios equipos se arman con lo mejor del mercado nacional y foráneo, y se ve la diferencia. Chivas, fiel a su costumbre, se la rifa con nacionales y le cuesta más trabajo.
¿Qué tiene que hacer Chivas para salir del pozo? Seguir trabajando, darle continuidad a un proyecto pese a empezar con resultados adversos, y recuperar su identidad para que jugadores de buen nivel se sienten orgullosos de representar la camiseta rojiblanca. ¿Usted qué opina?