Al igual que los humanos, los perros también pueden contraer tétanos. Por desgracia, en los canes no hay vacuna contra el tétanos, pero sí hay tratamientos.
El tétanos en perros es una enfermedad causada por la bacteria Clostridium tetani. Cuando la forma esporulada de la bacteria entra en un ambiente con falta de oxígeno, como una herida necrótica, es capaz de liberar neurotoxinas responsables de los síntomas del tétanos.
Es una enfermedad muy rara en perros debido a que estos suelen generar anticuerpos contra la bacteria.
¿Cuáles son los síntomas del tétanos en un perro?
Los síntomas suelen aparecer entre los primeros 5 o 10 días tras la herida contaminada. En algunos casos, se presentan hasta la tercera semana después de la infección.
Los perros experimentan dos tipos de tétanos y cada uno tiene sus síntomas:
Tétanos localizado
- Rigidez muscular localizada en la zona donde se presenta la infección.
- El tétanos localizado puede convertirse rápidamente en tétanos generalizado.
Tétanos generalizado
- Hundimiento del globo ocular.
- Contracciones o espasmos en los párpados.
- Estrabismo ventromedial.
- Contracción de la pupila.
- Contracción de músculos faciales.
- Hipersensibilidad.
- Cola erecta.
- Dificultad para tragar.
- Dificultades para orinar o defecar.
Tratamiento para un perro con tétanos
El tratamiento de canes suele enfocarse en 3 objetivos:
Destrucción de la bacteria
El objetivo es evitar que la bacteria siga liberando neurotoxina. Para ello, se hace un desbridamiento y una limpieza quirúrgica en la herida.
Neutralización de la toxina
Se administra una antitoxina tetánica equina. Este caso se aplica, por lo general, en perros con signos clínicos severos.
Limitación de los efectos
El primer paso es eliminar los estímulos externos con el aislamiento del animal en una zona oscura sin interferencia sonora y visual.
El siguiente paso es aplicar un tratamiento farmacológico que haga frente a los espasmos musculares y convulsiones con medicamentos como fenotiazinas, benzodiazepinas y metocarbamol. Las dosis deben ajustarse a las necesidades de cada animal.
El último paso es una terapia de soporte para las necesidades fisiológicas del animal y evitar complicaciones.