La mejor respuesta para combatir esta condición sigue siendo la detección temprana
Redacción EC
De acuerdo a un estudio reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los casos de autismo han aumentado en EE. UU. Aproximadamente 1 de cada 31 niños recibieron ese diagóstico en 2022, a diferencia de 1 de cada 36 dos años antes. Las autoridades de salud están trabajando para encontrar las causas de este aumento en el número de diagnósticos.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) afecta la interacción social, la comunicación y el comportamiento. La detección e intervención tempranas son cruciales para mejorar los resultados.
Señales de autismo
Los signos del autismo suelen manifestarse antes de los tres años y pueden variar considerablemente entre personas. Los indicadores tempranos comunes incluyen:
• Dificultades de comunicación social: dificultad para comprender y responder a las señales sociales, contacto visual limitado y dificultades para establecer relaciones con los compañeros.
• Comportamientos repetitivos: movimientos o lenguaje repetitivo, insistencia en la monotonía y concentración intensa en intereses específicos.
• Sensibilidades sensoriales: Reacción exagerada o insuficiente a estímulos sensoriales como luces, sonidos o texturas.
Tratamientos eficaces
Si bien no existe cura para el autismo, diversas intervenciones pueden mejorar significativamente la calidad de vida y las capacidades funcionales:
Terapias conductuales: El Análisis de Conducta Aplicado (ABA) se centra en enseñar y reforzar conductas positivas, a la vez que reduce las perjudiciales.
Terapia del habla y el lenguaje: Su objetivo es mejorar las habilidades de comunicación, tanto verbales como no verbales.
Terapia ocupacional: Ayuda a las personas a desarrollar habilidades para la vida diaria y a adaptarse a los desafíos sensoriales.
Fisioterapia: Aborda problemas de motricidad y coordinación.
Medicamentos: Si bien no existe un medicamento para curar el autismo, ciertos fármacos pueden ayudar a controlar síntomas como la irritabilidad, la ansiedad o la hiperactividad.
Es fundamental adaptar las intervenciones a las necesidades únicas de cada paciente, considerando factores como la edad, las fortalezas y los desafíos específicos. La intervención temprana y constante suele conducir a los mejores resultados. Consulte a un pediatra o médico especialista ante cualquier sospecha de autismo. EC