Este trastorno afecta la forma en que el cuerpo controla la coagulación de la sangre, de ahí la importancia de conocerlo a fondo
Redacción EC
De acuerdo al Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, aproximadamente 3 millones de personas en los Estados Unidos tienen trastornos hemorrágicos. Algunos tipos, como la hemofilia, son hereditarios, lo que significa que la persona nace con la afección. También es posible desarrollar un trastorno hemorrágico adquirido, es decir, que se presente en algún momento de la vida. Los trastornos hemorrágicos adquiridos pueden ser causados por afecciones médicas, medicamentos o factores desconocidos.
El riesgo de desarrollar un trastorno hemorrágico depende de la edad, los antecedentes familiares, los genes, el sexo o la presencia de otras afecciones médicas. Si hay antecedentes familiares de trastornos hemorrágicos, el riesgo de desarrollarlo o heredarlo puede ser mayor.
Síntomas de un trastorno hemorrágico:
• Sangrado o moretones excesivos, como hemorragias nasales frecuentes o prolongadas (más de 15 minutos) o menstruaciones frecuentes o prolongadas.
• Petequias, que son pequeñas manchas de color púrpura, rojo o marrón causadas por sangrado bajo la piel.
• Enrojecimiento, hinchazón, rigidez o dolor debido al sangrado en los músculos o articulaciones.
• Sangre en la orina o las heces.
• Sangrado excesivo en el cordón umbilical.
• Sangrado excesivo durante una cirugía o después de un traumatismo.
Si cree que usted o alguien a su cuidado podría tener un trastorno hemorrágico, consulte a un profesional de la salud. Su proveedor puede diagnosticar con base en los síntomas, los factores de riesgo, los antecedentes familiares, un examen físico y pruebas diagnósticas.
Tratamiento
El tratamiento de un trastorno hemorrágico depende de su tipo. Si la afección causa pocos o ningún síntoma, es posible que no se requiera tratamiento. Si se presentan síntomas, puede ser necesario un tratamiento diario para prevenir episodios de sangrado o solo en determinadas ocasiones, como en caso de un accidente o antes de una cirugía programada. Para reducir el riesgo de complicaciones:
• Acuda a sus consultas de seguimiento.
• Monitoree su afección.
• Adopte hábitos de vida saludables.
Para más información, visite nhlbi.nih.gov/health/bleeding-disorders. EC
Cortesía de Noticias Newswire